miércoles, 3 de octubre de 2012

Predicciones de un Astrólogo: J. Bernardo Gómez

Una vez más y gracias al camarada William Izarra, tengo la oportunidad de compartir con quienes llegan hasta este blog otro material que Izarra nos envía a través de su Red Ideología 07. Retomemos entonces el viejo refranero y digamos: "No hay peor ciego que el que no quiere ver".

Por: J. Bernardo Gómez

Esta primera semana de octubre es muy inusual, pues hasta cinco astros modificarán su
ubicación en el cielo. Venus, Júpiter, Saturno, Mercurio y Marte cambiarán su estatus e iniciarán nuevos ciclos en su habitual recorrido zodiacal. El exceso de modificaciones planetarias en esta semana crucial es una clara señal del cambio de temperatura y ambiente político. Ahora todo comienza a verse diferente. Las cartas están echadas y a los dos candidatos principales ya se les puede ver sin artificios, sin disfraces, tal como son.

En estos comicios se le presenta al electorado un interesante dilema en el manejo
inconsciente de la figura presidencial. Cada candidato representa una imagen arquetipal diferente y le tocará al pueblo elegir la figura que mejor represente aquello que el momento demanda. Hugo Chávez, con el paso de los años, ejecutorias y experiencia adquirida, ya no representa a aquel “guerrero vengador” que requería la población venezolana a fines del siglo pasado, sino que ahora representa la imagen de un “padre protector y proveedor” que brinda mayor estabilidad y seguridad a los suyos.


El contrincante antichavista, curtido en turismo rural por el país y por las barriadas populares, con su absurdo disfraz chavista, desarrollando la figura de joven, flaquito y exitoso, de soltero y sin compromiso, representa la imagen de un improvisado aventurero “conquistador y cónsul europeo” que ofrece espejitos de progreso a cambio de votos, con el objetivo de apropiarse de la riqueza colectiva para remitirla a la metrópoli que representa.
 
 

El próximo domingo la población tendrá la posibilidad de elegir entre un padre bien conocido, bondadoso y protector, visto como uno de los suyos, nacido de las entrañas de lo más hondo de la patria, y la de un mercader recién llegado, con valores ajenos a la venezolanidad, lleno de ambiciones y comprometido con intereses foráneos.

Ese es el dilema de esta hora de la patria. El pueblo soberano sabrá diferenciar muy bien entre lo malo conocido y lo bueno por conocer. Su instinto lo lleva a reconocer dónde hay autenticidad y dónde engaño, quién ofrece patria e independencia y quién promete un camino al pasado ya vivido.
 
Nos encontramos en la transición hacia un mundo nuevo, hacia una nueva época, hacia
una nueva consciencia universal. El movimiento de los astros de estos días y la disposición planetaria en el cielo del 7-O, avalan lo que también señalan los más reconocidos estudios de opinión y lo que el olfato popular refrenda: no hay vuelta atrás. El próximo domingo se ratificará la voluntad transformadora del pueblo venezolano, se consolidará el proceso revolucionario y se abrirán nuevas sendas a los movimientos populares del mundo.

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